¿Has visto a esos tipos que salen en los anuncios de marcas deportivas, trepando por las escarpadas cornisas de alguna montaña, colgando del revés?
Competidores de Iron Man, ciclistas de montaña, surfistas... Todos ellos podrían salir perfectamente en la portada de Men's Health, y parece que se divierten haciendo lo que más les gusta (a menudo por dinero), luciendo cuerpazo y disfrutando de una salud perfecta. ¿Cuál es su secreto?
No lo dudes. Es la adrenalina.
Lo que no te mata, te hace más fuerte
Además de la pura excitación y el disfrute, este tipo de deportes te permiten perder peso, ganar fuerza y flexibilidad, mejorar tu concentración....
Si tu experiencia más cercana a sentir emociones extremas es correr unos minutos extra en la cinta o reunir el coraje para pedirle a esa chica del gimnasio una cita, te va a venir bien conocer la naturaleza y los efectos de la adrenalina. Pero… ¿qué es exactamente la adrenalina?

La adrenalina, también conocida como epinefrina, es una hormona que aparece como respuesta del cuerpo al estrés. Hace siglos, de hecho, podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Nuestros sentidos elevados nos preparaban para luchar o para huir.
De manera que, lo que originalmente fue un instinto de supervivencia, hoy en día se aplica a este tipo de disciplinas deportivas de alto riesgo. Un atleta, cuando participa en un deporte o actividad física, libera adrenalina en su sistema circulatorio. Esto produce un aumento de la energía enviada a los músculos y la respuesta de éstos es aumentar su capacidad de reacción. Lo que se traduce en un aumento en el estado de alerta, provocado por la excitación del sistema nervioso central. El cuerpo comienza a sudar para enfriar los músculos, y las pupilas se dilatan en un esfuerzo por absorber más información del entorno. El atleta ya está listo para entrar en acción.
Cuando la adrenalina se libera en el torrente sanguíneo, invariablemente encuentra su camino hacia el corazón. Y éste, al notar el aumento en los niveles de adrenalina, intensifica inmediatamente el ritmo y la fuerza de sus latidos. El resultado es un aumento de la presión arterial, que a su vez permite un incremento en el intercambio respiratorio, haciendo que haya más oxígeno disponible. Cuanto más oxígeno llega a tus músculos, mejor será tu rendimiento.
Mejor evitar excesos
Sin embargo, un exceso de adrenalina puede tener consecuencias negativas para el organismo. Algunas de ellas son hipertensión, cefaleas, ansiedad, náuseas e insomnio.
De hecho, hay personas adictas a la adrenalina, lo que se conoce como el síndrome de Pontius. Esto supone una alteración de la percepción del peligro que implica que se perciban como normales actividades que entrañan un alto (en ocasiones excesivo) nivel de riesgo.
Por tanto, como en cualquier aspecto de la vida y de la actividad deportiva, hay que saber controlar la adrenalina, para evitar esos posibles efectos negativos y aprovechar todos sus beneficios, mejorar nuestro rendimiento y sentir esa sensación de euforia que nos ayuda a disfrutar y desconectar de la rutina.
Carlos Sainz Karting